Primer día de clases en Mar Chiquita
Mucha emoción y ansiedad. Eso se vivía esta mañana, bien temprano, en cada uno de los hogares de las niñas y niños de la escuela Nº12 de Mar Chiquita y también en los hogares de cada una de las maestras y del equipo de Una Escuela Sustentable. Después de meses de trabajo, después de soñar y construir en comunidad, llegó el día señalado para que los alumnos de esta escuela comenzaran a tener clases a diario en la primera escuela pública sustentable de la Argentina.
A las 8 de la mañana la bandera argentina ya estaba izada en el nuevo edificio y los niños ya estaban prontos para su primer día de clases allí, un día muy especial.
Los padres y madres también dijeron presente y mantuvieron un encuentro con autoridades del Ministerio de Educación de Provincia, acompañados por los equipos de Tagma y Amartya y por la jefa distrital de educación.
Reunión finalizada y ya con los chicos en clase, las familias parecían no querer abandonar el edificio, que los cuidaba del frío exterior gracias al acondicionamiento térmico pasivo. La emoción de concretar un sueño nos envolvía a todos, más seguros que nunca del cambio de paradigma que supone este proyecto para la educación en sustentabilidad.
En el recreo los flamencos y el gomo creados durante la obra por padres, madres y voluntarios fueron el centro de atracción para los alumnos. Una vez finalizado, y antes de volver a clase, el equipo de Una Escuela Sustentable entregó a los alumnos y maestras de la escuela Nº12 un regalo muy especial que viajó desde el otro lado del Río de la Plata.
Los niños y las niñas de la escuela Nº294 de Jaureguiberry, Canelones, junto a sus maestras, enviaron a sus amigos de Mar Chiquita cartas y semillas para plantar en su nueva huerta. La comunión a la distancia ya se nota entre estas dos escuelas que empiezan a vivir una experiencia única y a las que esperamos que pronto, se sumen más.
Nuestro equipo reforzó mensajes sobre el cuidado de las plantas y del agua como recurso y con los más grandes pudimos repasar todo el sistema de filtros de agua de los baños. El aprendizaje, una vez más, se construyó a través de la acción y la experiencia.
Luego recibimos la vista de una delegación de la UNESCO junto con una comitiva del Municipio de Mar Chiquita, gran impulsor de esta realidad. Conversamos sobre lo que significa tener una escuela pública de éstas características dentro de una reserva de biósfera y nos permitimos soñar un poco sobre cómo podemos potenciar juntos esta experiencia.
Los niños y las niñas de Mar Chiquita son, junto a sus maestras, quienes desde hoy van a pilotear la nave tierra que conocemos como Una Escuela Sustentable Argentina. Una nueva historia, llena de aprendizajes, experiencias e innovación acaba de comenzar.
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